Voy a tu casa y pasamos la tarde junto a tu padre y tu hermano. Estoy contigo, pero sin tí. Y te miro y no dejo de pensar en cuánto me gustaria besarte, acariciarte, amarte... Y tu piensas lo mismo al mirarme. Imagino que es cuando menos podemos, que más queremos. Y aprovechamos cualquier descuido. Y te robo un beso. Y una caricia. Y un te quiero.
domingo, abril 16, 2006
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4 comentarios:
gracias por pasarte por mi blog, yo le he echado un vistazo al tuyo ;) a mí también me gustaría besarlo, acariciarlo, robarle un beso, una caricia, un te quiero... aprovecha tú que puedes!(yo recordaré...) Un beso
Ah! el sabor de los besos robados, siempre tan placenteros.
Creo que casi todos pasamos por eso. Esas tardes en compañía familiar cargadas de miradas ardientes de deseo contenido...
Saludos!
Menuda panda de reprimidos...INSISTO...DEJAOS DE PARIDAS Y FOLLAR MÁS..,.,,
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